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Mostrando entradas de mayo, 2019

Recogiendo setas

Las setas son un manjar delicioso que crece en otoños y primaveras lluviosas.   Por curiosidad, la ciencia que estudia los hongos se llama micología. Hay que ser prudentes y conocerlas muy bien, porque no todas son comestibles y nos podemos envenenar.  Por ejemplo, el  Manual de identificación de setas cosmetibles de Andalucía  editado por La Junta de Andalucía  explica que " en nuestras tierras es muy común la seta del olivo cuyo consumo causa graves trastornos digestivos" . Añaden que las realmente peligrosas son las que sus síntomas tardan en aparecer de 9 a 24 horas e incluso, varios días.  En nuestro país según dicho manual “ Existen muy pocas setas tóxicas y mortales, unas treinta de entre las miles que componen este inmenso grupo; el resto, simplemente no son comestibles, tanto por tener un sabor desagradable, como por el hecho de resultar algo indigestas (...)   las gentes de Andalucía, consumen poco más de ocho especies diferentes de setas".  Lo más sensato es

De higos a brevas

La higuera es un árbol de hoja caduca, es decir, pierde sus hojas en invierno. Necesita un riego  constante y de poca cantidad, evitando siempre los encharcamientos o humedad excesiva, como ventaja su sistema de raíces le permite crecer donde muchos otros árboles no lo logran. De hecho he leído que c onviene colocarla cerca de una pared o rocalla de forma que sus raíces queden limitadas sino  se hace demasiado grande y esa energía la pierde en producción. Respecto a la ubicación lo ideal es l o más soleado posible y a resguardo de los vientos fríos.  Se polinizan por abejas y viento. Mi madre cogiendo higos en el huerto franco, Ardales, 31-8-2011. Las higueras se reproducen por esqueje. Si es bravía, es decir, que echa higos pero se le caen antes de madurar, hay que injertarlas. Existen, principalmente, dos tipos:   higuera común que sólo da higos, que a su vez se divide en varias especies, las más conocidas, higuera blanca e higuera verdal que se diferencian por el tono de la

Coplillas abuela María

Como anuncia la presentación de este blog, he vivido en cortijos cuando era pequeña, por lo que los medios de entretenimiento eran bastante diferentes. No es que no hubiera interenet es que no había ni tele. Así que las noches se pasaban jugando a juegos de mesa, las cartas o al carro, que es como mi padre llama al juego del molino (similar al tres en raya pero con 9 fichas). Acompañados de chips caseros que mi madre compraba los viernes en el baratillo y nos los comíamos recién fritos. Juego del molino, tallado en madera por mi marido Ignacio. La que siempre nos acompañaba era la radio. Recuerdo las noches cuando mi padre escuchaba a Carlos Herrera; y los sábados por las mañanas que oíamos un programa de radio que había de Teresa Rabal, con su mítica canción  Veo veo.  (si pincháis sobre el texo podéis verlo). Con mi hermana Eva, como os podéis imaginar, jugaba a las muñecas, la cocinita, a dibujar, subirnos a los árboles... Con mis primos al escondite, a la pelota o a los coch

Boyero

A la persona que cuida las vacas y toros nosostros le llamamos boyero; pero lo cierto es que según el Real Diccionario de la Lengua Española el boyero es el que cuida los bueyes. Y los que cuidan el ganado bovino son vaqueros. En Andalucía existen varias razas autóctonas como la a cárdena andaluza, la vaca marismeña, vaca berrenda colorada o negra, vaca retinta, vaca negra andaluza o la vaca pajuna. En general, se diferencia entre vacas lecheras y para carne, pueden pesar entre 500 y 700 kilos. Son hervíboras y rumiantes. La gestación de las vacas dura 9 meses, al nacer pesan aproximadamente 40 kilos y se desteta cuando llegan al doble, a los seis meses., y vivirán hasta los 20 años.  El sonido que hacen las vacas se llama mugido. Una vaca da unos 25 litros de leche al día. Rosa en Monachil, Granada, 2015 Los padres del abuelo Manolo eran los dos perotes, Manuel Mancera Lobato, conocido por Lobato que vivía en la zona conocida como Morales, detrás de la ermita Las tres cruces de

El patio lleno de flores

El patio de mi madre, y el porche de mis abuelas siempre han estado llenos de macetas de helechos,  costillas de Adán, cintas y pilistras, y por supuesto flores. En este post recojo los cuidados de las que siempre he visto desde mi infancia, y por tanto, son mis perferidas. Mi madre en su finca en Ardales, en el puerto del granizo, junto a su flor preferida, las margaritas, abril 2009 Mi abuela María  a la izquierda, y la vecina María  a la derecha, regando las flores del jardín que separa ambas casas en el puente de la cabeza, Álora Geranio común (Pelargonium zonale). Planta de exterior, con flores la mayoría del año, necesita bastante luz y temperatura cálida. Respecto al agua en invierno se puede regar una vez por semana, y en verano todos los días, controlando la humedad de la tierra, que no se pudran las raíces. Se reproduce por esquejes, lo normal a final de invierno entre febrero y marzo, pero he leído incluso que se puede hacer en agosto.  No demanda excesivas at