El 16 de septiembre de 1863 se produjo la apertura de la línea de tren de cercanías entre Málaga y Álora. La llegada del ferrocarril supuso un gran desarrollo económico para la localidad, ya que en torno a la estación se instalaron almacenes de fruta, de gallinas, fábricas de aceites, de chacina y la inolvidable fábrica de Esencia de Azahar (flor del naranjo y limón) y aceite de azahar o nerolí. Dio trabajo directo a muchas familias, e indirecto a otras. Recuerdo las mondas de las naranjas colgadas en la azotea de mi abuela María, mi abuela materna, para venderlas a la fábrica de esencias. Además, mi padre cuenta que también se vendían para hacer pólvora. Los cítricos están en flor de marzo a mayo. El primer tercio del siglo XX supuso un despegue económico importante para Álora, la Fábrica de Esencias de Azahar Saisse-Cavalier, en la Barriada del Puente, estaba en la margen izquierda del río Guadalhorce, muy cerca de la estación de ferrocarril, donde comenzó su construcción el
Mi padre es, como siempre se ha dicho “cabrero”, y durante toda mi infancia, mis vacaciones y fines de semana los he pasado en casas de campo y cortijos. Me propongo recopilar el aprendizaje que hoy día sigo recibiendo sobre los cuidados del campo (árboles frutales, huerto, cabras, ovejas...). Trasmitido por mis padres, tíos y abuelos. E irremediablemente, al evocarlos se sumarán a estas líneas anécdotas infantiles y recetas familiares.