Durante una época de mi vida me propusé recopilar todas las historias y anécdotas infantiles; durante otra etapa recoger las recetas familiares, y ahora me gustaría conservar el aprendizaje sobre los cuidados del campo. Pero por distintas razones lo voy postponiendo. Por fin, hoy es el día en que me he sentado a escribir. Como hay que empezar por algún sitio, no podía ser otro que por el origen: Mi padre con 5-6 años, 1963-1964 Leche de cabra La llevamos en los genes. Mis abuelos paternos y maternos tenían cabras. Así nos hemos criado: cola cao con leche de cabra, eco con leche de cabra antes de dormir, arroz con leche, natillas, yogures, calostros (primera leche de la cabra después de parir)... Yo misma he preparado muchísimas tartas con crema pastelera a base de leche de cabra. Por supuesto, hervida dos veces para matar las bacterias ( "¿Os acordáis del olor cuando rebosaba y caía en la hornilla? jajaja" ríe mi madre Rosi. Tampoco podía faltar en esta li
Mi padre es, como siempre se ha dicho “cabrero”, y durante toda mi infancia, mis vacaciones y fines de semana los he pasado en casas de campo y cortijos. Me propongo recopilar el aprendizaje que hoy día sigo recibiendo sobre los cuidados del campo (árboles frutales, huerto, cabras, ovejas...). Trasmitido por mis padres, tíos y abuelos. E irremediablemente, al evocarlos se sumarán a estas líneas anécdotas infantiles y recetas familiares.